Srinivasa Ramanuján Aiyangar

Srinivasa Ramanuján Aiyangar un hombre extraordinario que nació y vivió para las matemáticas…

En 1893, en una escuela pública de la India, matricular a un niño. El pequeño se llama Srinivasa Ramanuján Aiyangar. Tienes entonces escasos 5 años de edad. Su madre dice que un día antes de la fecha de nacimiento de Ramanuján (22 de diciembre de 1887) se le apareció Namagiri, la diosa madre, para anunciarle que el que estaba por nacer sería un hombre extraordinario.

Independientemente de que creamos o no en una visión mística, Srinivasa Ramanuján fue un ser realmente extraordinario. No bien llego a la escuela cuando su inteligencia deslumbra a compañeros y maestros. Su capacidad intelectual es tal que por deducciones lógicas sabe lo que enseñarán en las siguientes clases los maestros; gracias a esto es becado para el Liceo de KumbaKonám. Cuando tiene 15 años de edad consigue prestado de la biblioteca local una obra titulada: A Synopsis of Elementary Results in Pure and Applied Mathematics. La obra en cuestión es una especie de compendio, escrita por George Shoobridge, catedrático de Cambridge, que englosa resúmenes y enunciados de 6.000 teoremas matemáticos.

Es Entonces cuando comienza a funcionar el cerebro de Srinivasa Ramanuján de manera que nos resulta totalmente inexplicable. Sin otro auxilio en matemáticas que el libro que está leyendo, ¡Demuestra la validez de esos 5000 teoremas, no obstante que en el propio libro se hace la advertencia que están en demostrados! El trabajo intelectual que este esfuerzo supone es tal, que inclusive a una moderna computadora le llevaría mucho tiempo encontrar las mismas soluciones que a las que llegó Ramanuján, agota en poco tiempo todos los problemas de geometría conocidos en su época y se dedica entonces al álgebra, en dónde, por deducción lógica encuentra la solución a problemas tan complicados que representan serios dolores de cabeza a los grandes matemáticos de profesión.

A los 16 años tiene que presentar un examen para que la beca que disfruta le sea revalidada pero lo reprueban, porque… su inglés es defectuoso. No le importa su fracaso y prosigue por el mismo, sin el auxilio de libros, maestros o documentos, sus investigaciones matemáticas y por sí solo, con la ayuda única de su cerebro portentoso, david cubriendo todos los conocimientos hechos hasta 1880. Esta hazaña increíble significa que Ramanuján redescubre sin ayuda, toda la cultura matemática hasta sus días. ¡El pensamiento matemático de todas las generaciones por lo menos 25 siglos es redescubierto y reinventado por el portentoso hindú! Pero no sólo eso: Ramanuján no se detiene ahí, rebasa todos los conocimientos de la matemática que le era contemporánea, sin haber asistido, todavía hasta aquel entonces, a ningún centro de enseñanza o investigación.

A los 22 años se casa, pero está su estado de pobreza que qué decide emplearse de preceptor de Ramachandra Rao, hombre enamorado de las Matemáticas al que solo le pide a cambio de sus enseñanzas el dinero justo para no morir de hambre y poder continuar con sus investigaciones. Este hombre: Ramachandra Rao, le consigue poco después un empleo modestisimo, contador en el puerto de Madrás. Para el año de 1913, varios amigos lo convencen que entable correspondencia con uno de los más brillantes matemáticos de su época: el inglés G. H. Hardy, a quién le envía por correo 120 teoremas de geometría que él, Ramanuján, acaba de demostrar. Hardy opinará, poco después, el material recibido: “Estas notas podían haber sido escritas únicamente por un matemático del mayor calibre. Ningún ladrón de ideas, ningún farsante, por genial que fuera, podría haber captado abstracciones tan elevadas.” Este es el comentario que le merecerá al genial Hardy la obra de un hombre que no había estudiado un solo curso de matemáticas elevadas y que tampoco había tenido acceso a ninguna universidad.

Y es el mismo Hardy quien propone que Ramanuján se traslade a Cambridge, cosa que el hindú logra tiempo después, ya que deberá vencer la resistencia de su madre, quién se opone a que abandone la India. Para fortuna de la ciencia matemática, la madre de Ramanuján dice se le ha aparecido nuevamente la diosa Namagiri quién le aconseja enviar a Ramanuján a Cambridge, dado que ahí será admirado por los ingleses.

En 1913 lo encontramos embarcándose rumbo a Inglaterra. En dónde es en sólo cinco años imprimirá un avance prodigioso a las matemáticas. Desgraciadamente, en 1918 está minado por la tuberculosis y regresa a la India en donde morirá a la edad de 32 años.

Por último, un dato curioso: Ramanuján había montado en Cambridge un fichero que contenía la descripción de miles de fenómenos desconcertantes para la razón… ¿acaso porque sabía que lo que desconcierta a la razón común y corriente puede esclarecer misterios a una mente superdotada —o de mutante— como la de él?

“Una ecuación no tiene para mí ningún significado a menos que exprese un pensamiento de Dios.”
-Srinivasa Ramanuján