Los Registros o Archivos Akáshicos se pueden definir como memoria universal de la existencia, un espacio multidimensional en el que se archivan todas las experiencias del alma, incluyendo todos los conocimientos y las experiencias de las vidas pasadas, las circunstancias presentes y las potencialidades futuras.
Se les puede comprender como un espacio energético y extra-físico situado en el éter, una finísima sustancia que baña el universo en el que se recogen todos los pensamientos, todas las palabras emitidas, emociones sentidas y acciones cometidas por las personas y conciencias a lo largo de los tiempos. Este sistema energético contiene todas las potencialidades que el Alma posee para su evolución en esta encarnación y su verdadera razón de ser, el sentido de vida. Existe para cada plano: el individual, el grupal, el planetario o el galáctico. En Egipto se conoce como las “Tablas de Thoth”, en la Biblia como el “Libro de la vida“, en el Islam como la “Tabla Eterna” y los Mayas los denominan el “Banco Psi”. Así, pues, se trata de un fenómeno bien conocido en todas las grandes culturas.
Si quisiéramos visualizarlo, podemos imaginarnos un “Internet cósmico”, o una biblioteca en la que cada alma humana es representada por un libro. Cada hoja de ese libro representa una vivencia energética; y cada capítulo, una vida o encarnación. El conjunto de libros forma una biblioteca atemporal, la biblioteca de la Humanidad. La cual forma parte del Registro Akáshico Planetario; éste último, del Galáctico, y éste a su vez, del Universal. Los Registros son como la conciencia o memoria colectiva cósmica.
“La naturaleza nos ha dado las semillas de conocimiento, no el conocimiento mismo”. – Séneca
El adjetivo akáshico proviene de Akasha, un término existente en el antiguo idioma sánscrito de la India que significa justamente este ‘éter’ antes descrito, este espacio o energía cósmica que es el peculiar vehículo que transporta el sonido, la luz y la vida. Ya los Rishis sabían de esta dimensión fundamental oculta que abarca todos los otros elementos: el prithivi (la tierra), el ap (el agua), el vata (el aire) y el agni (el fuego). Este Akasha contiene todos los elementos dentro de sí mismo y a la vez se halla fuera de estos sin limitaciones del tiempo y espacio. Es una matriz cósmica inobservable y omnipresente, el trasfondo sutil desde el cual surgen todas las formas, incluidos nosotros mismos.
“El Akasha subyace bajo todas las cosas y se convierte en todas las cosas; está oculto y tan solo se puede observar cuando se convierte en las cosas que vemos. Es la realidad fundamental del mundo.” – Paramahansa Yogananda
La divinidad, la matriz o “Dios” es el Todo, la Fuente sin forma, pura potencialidad y contenedor de todas las virtudes imaginables. Todas las palabras no pueden llegar a captar la grandeza de esta dimensión última.
Desde allí surgen las primeras cristalizaciones, este éter o la sustancia primordial desde la cual surgen todas las formas, la humana incluida. Hubo diversos intentos de clasificar planos, dimensiones o reinos desde lo más sutil a lo denso, a través de dimensiones enumeradas o subdivisiones en planos como el plano búdico, causal, mental, astral, emocional, etérico, físico y atómico; capas de información que coinciden con el sistema de los chakras humanos, desde los superiores a los inferiores fuera y dentro del cuerpo físico.
Basta con recordar que cada parte de un sistema inferior, como un átomo, forma parte de un sistema superior más complejo y abarcativo. Veamos un ejemplo del plano físico: átomo – molécula – célula – agrupación celular – órgano – cuerpo humano… En otras palabras: también nosotros, los seres humanos, formamos parte de este ciclo de evolución; por esta misma lógica formamos parte de sistemas evolutivos de mayor complejidad. A estos planos superiores de conciencia, sabiduría, amor y luz tenemos acceso a través de partes más sutiles y elevadas de nosotros mismos, como nuestro Ser Superior, que es la divinidad individualizada, el Yo Soy, o si quieres, el yo con 100 000 años de evolución, el yo perfecto, el Dios o la Diosa interior.
- Uske, Johannes, 2016, Registros Akáshicos, ¿Cómo leer los archivos del Alma?, 2. Qué son los registros Akáshicos?, Barcelona, España.