El don de la glosolalia

La glosolalia, de acuerdo con los lingüistas, es la vocalización fluida de sílabas sin significado comprensible alguno. En algunas creencias religiosas como el pentecostalismo, donde a esta práctica se le conoce como don de lenguas, a tales sonidos se los considera un lenguaje divino desconocido al hablante.

El siguiente artículo fue extraído del libro “25 enigmas de la biblia, A la luz de la evolución de la autoridad en la iglesia” de Máximo García Ruiz, que nos habla sobre la glosolalia:

El término glosolalia procede del griego glossa, lengua y lalein, hablar: hablar en lenguas. Hace referencia al hecho de hablar en una o varias lenguas ininteligibles para los oyentes con expresiones que se van repitiendo, algo semejante al lenguaje balbuciente de los niños. Algunos psicoanalistas lo asemejan al estado de trance en ciertos cuadros psicopatológicos, intoxicaciones o problemas neurológicos. Lo habitual es identificarlo como un estado de éxtasis que ha adquirido en el campo religioso una dimensión espiritual de trascendencia y comunicación con la divinidad. Cuando el término se aplica a los textos del Nuevo Testamento que hacen referencia al tema, los hay que prefieren utilizar el término xenoglosia refiriéndose a la habilidad para hablar fluidamente un lenguaje que el hablante nunca ha aprendido. Aunque se trata de dos términos tan ajenos al lenguaje común y diferenciados entre sí, no es extraño encontrar entrecruzadas ambas definiciones, según sean las fuentes que se consulten.

El oráculo de Delfos, situado en un gran recinto sagrado consagrado al dios Apolo en Grecia

Entre los griegos clásicos el tema de hablar en lenguas ya era practicado, especialmente en actos litúrgicos relacionados con el dios Dionisio o con el santuario de Delfos y, especialmente, en los cultos a Apolo, siempre en conexión con actos ceremoniales relacionados con los famosos oráculos de Delfos. El interesado llegaba al santuario donde se encontraban los sacerdotes y las sacerdotisas del dios pagano. Después de ser recibido por un sacerdote y haber ofrecido su ofrenda a los dioses, el interesado era llevado delante de una doncella o sacerdotisa, la cual habría de emitir el oráculo o respuestas de los dioses que, por su propia naturaleza, eran totalmente incuestionables. La sacerdotisa pronunciaba las respuestas de los dioses en lenguas desconocidas, que eran interpretadas por los sacerdotes y así le hacían saber la voluntad de los dioses al interesado. Al igual que otras muchas costumbres griegas, también ésta penetró en ámbitos israelitas y estaba presente en los tiempos de Jesús en algunos sectores de la población. Por otra parte, se trata de una práctica que descubrimos en otras religiones de diferentes partes del mundo, especialmente en zonas de África y Asia.

Pero vamos a centrarnos en el tema desde la perspectiva del Nuevo Testamento. Y lo haremos observando en primer lugar que para Jesús no existe nada que pueda relacionarse con este asunto. Él utiliza el lenguaje de la gente; el de los campesinos cuando habla con campesinos, el de los pescadores cuando lo hace con pescadores, el de los maestros de la Ley cuando habla con rabinos, el de los fariseos si de debatir alguna ley o costumbre judía se trata, o el de los mendigos y tullidos cuando el objetivo es sanarles, o bien el de las mujeres de Samaria imbuidas por otros referentes religiosos… Jesús no oculta su pensamiento con palabras crípticas, indescifrables o exotéricas. Ni apunta que tal práctica pueda aportar algún valor espiritual.

Es indudable que si el hablar en lenguas hubiera sido una doctrina fundamental o un recurso espiritual tan significativo como algunos lo presentan, no podía haber pasado desapercibido para Jesús. Bien es cierto que el capítulo 16 de Marcos, incluye entre las señales que seguirán a los que crean que “hablarán nuevas lenguas” (versículo 16), pero no debemos perder de vista dos aspectos importantes relacionados con este pasaje: 1) el texto, además de esa señal, incluye echar fuera demonios, tomar en las manos serpientes, inmunidad cuando bebieren venenos y capacidad de sanar con sus manos a otros (versículos 17,18), aspectos que normalmente no se enfatizan ni colocan al mismo nivel que la referencia a hablar otras lenguas; y 2) que el final del evangelio de Marcos (16:9-20) se trata de un pasaje espurio que no forma parte del texto original, tal y como certifican los más conspicuos exégetas.

“Pentecostés en cuarentena” (1597 – 1600), de El Greco de España

El tema aparece en escena en la fiesta de Pentecostés, cuando fueron “todos” llenos del Espíritu Santo” y, a raíz de esa experiencia tan singular, “comenzaron a hablar en otras lenguas (Hechos 2:4). Un hecho absolutamente inédito hasta ese momento entre el círculo de seguidores de Jesús. En primer lugar, cabe preguntarse por el alcance del “todos” si bien debemos deducir que se trata de los que estaban reunidos en la casa, es decir, todos ellos seguidores de Jesús, el primer núcleo de creyente; aunque quizá no todos, sino alguno en representación de todos ellos sería el que tomara la palabra. La escena alcanza una dimensión espectacularmente notable cuando, a raíz del estruendo que se produce, se congrega en torno a la casa, sin que sepamos cómo ni dónde exactamente, una multitud expectante. Y se produce la insólita experiencia de ser llenos del Espíritu Santo.

En la descripción de la escena nos encontramos con una curiosa imprecisión. Por una parte, se afirma que cuando los discípulos tomaron la palabra, lo hicieron hablando en otras lenguas y, por otra, se dice que la gente allí congregada que eran todos judíos varones y, además, piadosos, es decir, estudiosos y respetuosos de las Escrituras, aunque procedentes de la diáspora, “cada uno le escuchaba hablar en su propia lengua” (versículo 6). Damos por supuesto que, si todos eran judíos, todos ellos conocían la lengua aramea o la hebrea o, más bien, ambas. Pero se trata de “otras lenguas”, cuyo origen queda diluido en segundo plano ante la relevancia de que todos, cualquiera fuera la lengua hablada, podían entender lo que estaban diciendo los apóstoles; y lo entendían en su propia lengua, ya traducida. Algo muy diferente a los oráculos de Delfos y a otras experiencias homologables a esa, esgrimidas incluso en nuestro tiempo.

Corinto, a cuya iglesia Pablo dirige su carta, en la que se explaya con el tema de hablar en lenguas, era una importante ciudad del Peloponeso en Grecia. Una ciudad próspera donde se encontraba uno de los templos más importantes, después del de Delfos, dedicado al dios Apolos. Una ciudad pagana, licenciosa y extremadamente supersticiosa, cuyo trasfondo filosófico y moral se dejaba sentir en la iglesia tal y como queda reflejado en las dos cartas que conservamos de Pablo a la iglesia en esa ciudad. Precisamente el tema de la glosolalia en el Nuevo Testamento está especialmente vinculado a la iglesia de Corinto, llegando a producirse en esa iglesia en relación con el tema, abusos que hacen que el mismo apóstol tenga que intervenir para poner orden (cfr. 1ª Corintios 14). De hecho, Pablo no vuelve a ocuparse de este asunto en ninguna de sus otras cartas, ni siquiera en la segunda que dirige a los corintios, por lo que el conflicto debió quedar suficientemente resuelto con la primera epístola. Y es significativo que ni Pedro, ni Juan, ni Santiago, ni Judas, ni la carta a los Hebreo, lo mencionen.

Así, pues, para entender el lugar que ocupa el hecho de hablar en otras lenguas en la primera epístola a los corintios, es necesario recordar el papel relevante que tenían los oráculos transmitidos en lenguas no conocidas e interpretadas por los sacerdotes, de cuyas prácticas religiosas procedían muchos de los fieles de la iglesia de Corinto. La experiencia nos enseña que no es fácil desprenderse de los viejos hábitos que hemos arrastrado durante años, sean religiosos o simplemente culturales. Y es importante distinguir entre la experiencia de Pentecostés y los conflictos en torno al hablar en lenguas que son motivo de debate en Corinto. Mientras que en el día de Pentecostés se hablaron lenguas vivas que resultaron inteligibles para todos los oyentes cualquiera fuera su origen, algunos de los corintios convertidos del paganismo habían derivado el don en algo meramente artificial a lo que ya estaban acostumbrados en su anterior culto pagano, considerando como lenguaje celestial un conjunto de palabras sin sentido.

“Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida”. – Pablo (1ª Corintios 4:19)

Por otra parte, y para ir concluyendo, nos preguntamos por la razón de ser, por la eficacia o por la necesidad de hablar en lenguas, sin otro objetivo aparente que una exhibición personal revestida de una cierta pátina de espiritualidad. Ni en las bienaventuranzas, ni en las parábolas, ni en ninguna de las enseñanzas de Jesús encontramos algo que pudiera homologarse o vincularse a la necesidad ni aún siquiera la recomendación de hablar en lenguas extrañas. Nada hay que lo justifique y nada hay que lo exija.

La contundencia de Pablo tratando de cerrar definitivamente el tema no puede ser más radical: “Pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida” (1ª Corintios 4:19).

“Los dones de Dios ponen mejores sueños del hombre a la vergüenza”. – Elizabeth Barrett Browning

La glosolalia uno de tantos misterios religiosos que nos provoca más preguntas que respuestas, es bien sabido que este fenómeno se manifiesta en personas en estados alterados de conciencia como éxtasis, “posesiones”, etc., sin embargo, ¿Que sabemos a ciencia cierta sobre este fenómeno? ¿Es un don o una capacidad oculta del ser humano? ¿Hay relación con un ser supremo y la manifestación de esta habilidad? ¿Lo provoca un estado alterado de conciencia o es un padecimiento mental? ¿Es una forma de comunicación interdimensional?, existen muchos fenómenos relacionados con el mundo de las religiones que aún no tienen respuesta y así seguirá como muchos otros más si la ciencia convencional no pone cartas en el asunto para estudios más rigurosos sobre el tema.


Referencias

Acerca de Biblioteca Enigmas

Avatar
Biblioteca Enigmas es un sitio en español que surgió en México el 9 de mayo de 2016, donde encontrarás información de referencia sobre fenómenos forteanos. El sitio se divide en tres secciones: Libros, Blog y TV/Radio con subsecciones cada uno.
Anteriores El don de la glosolalia
Siguiente El don de la glosolalia

Artículos Relacionados

Ver También

El cráneo de María Magdalena

María Magdalena fue una de las más fieles seguidoras de Jesús de Nazaret, llegando a …