Parece no haber dudas en cuanto a George Damansky fue el primer hombre contemporáneo nacido en la Tierra que voló a otros planetas a bordo de una nave espacial, el cual fue invitado por unos amable seres extraterrestres. Pero su caso no fue el último. Después de él ha habido varios hombres que a quienes ha cabido en suerte este honor. Y México puede enorgullecerse de contar con varios modernos Ulises espaciales.
Uno de ellos fue el taxista Salvador Villanueva, quien viajó al planeta Venus. Escribió a su regreso un libro donde describía las mil maravillas que encontró a su paso. El libro se convirtió, naturalmente, en un Best seller varias reediciones. Se encuentra aún en las librerías. El lector podrá adquirirlo y leerlo, con lo cual nos evitará alargar innecesariamente una obra que se está llegando a su fin. La otra persona fue un italiano que vive en Tijuana desde 1961. Es doctor en filosofía, lo cual no ha sido obstáculo para que en Octubre de 1956 viaja al planeta Marte. Vale la pena conocer las peripecias de la travesía Y de lo que dio en el planeta rojo.
Despegó de la tierra en una fecha histórica: El 12 de octubre, en compañía de 8 seres humanos escogidos como él para realizar el largo viaje hasta Marte. Duró la travesía de este moderno Colón apenas dos días, incluyendo la corta escala de rigor en la base que tienen los marcianos en la luna. De sus experiencias en el planeta visitado resultaría un libro publicado en 1958, qué es el título “Yo he estado en Marte”. Siendo un filósofo y un humanista, era lógico pensar que dedicaría poco espacio a la tecnología y mucho las condiciones sociales y económicas de que el planeta, habitado según Genovese por 600000000 senos, millón más, millón menos.
M mucho antes de que las sondas Mariner llegasen a las cercanías de marte y empiezan a la base de la NASA fotografías demostrando desiertos y cráteres, Genovese había descrito ya las regiones pobladas, cultivadas con esmero, los montes cubiertos de bosques, las pequeñas ciudades diseminadas en la rica campiña, con una sola aglomeración importante, qué es la capital de martes, con un cuarto de millón de habitantes.
Los marcianos, según explicaba Genovese en su libro, tienen una estatura promedio de 6 pies, de cabellos rubios, ojos claros, cejas pobladas y enormes orejas. No existen escuelas en Marte, porque son las mamás las que ocupan de la educación de los pequeños marcianos, aunque más tarde pueden ir los estudiantes a 1 centros de investigación Superior. No termine aquí el cuadro autopico trazado por el filósofo italiano. La medicina ha alcanzado niveles elevados, que se traducen en las erradicación de las enfermedades y aumento considerable en el promedio de la vida de los marcianos.
No existen problemas agrarios y de reparto de tierras en Marte, no hay latifundios o terratenientes voraces. Cada familia dispone de una parcela para atender a sus necesidades. Lógicamente, en un sistema tan perfecto, están desterrado los partidos políticos, y domina una religión impuesta hace miles de años por un personaje semejante a Jesucristo.
Todo lo que explicaba Narciso Genovese en su libro y reitero En cuántas entrevistas concedió en los periodistas no hay porqué dudar que fuese la estricta verdad. Y las ondas que se aproximaron a Marte transmitieron un panorama desolador de este planeta tuvo que ser por una de estas dos razones: Que tuvieron la mala fortuna de volar sobre una de las pocas regiones desérticas de Marte, odian la NASA, por órdenes superiores, dio a conocer al mundo fotografías que no pertenecen a Marte, sino a la Luna.
- Doreste, Tomas, (1983), Grandes temas de lo oculto y lo insólito, Barcelona, España, Editorial Oceano, S.A.