“La realidad del fenómeno OVNI es tan aterradora que los pocos que la saben; personas, grupos u organizaciones, prefieren callar, para evitar el pánico y caos en la sociedad.” – Guillermo Camarena
No es coherente que con las últimas audiencias y desclasificaciones sobre el fenómeno en Estados Unidos, sigan existiendo dos bandos en los mismos grupos:
-
- Aquellos que afirman la existencia del fenómeno.
- Aquellos que se empeñan en desmentirla.
Todo esto a pesar de la documentación, testimonios, videos, fotografías, naves recuperadas, etc., existentes sobre el fenómeno. Este hecho es alarmante, ya que la marcada división apunta que todo esto es verdad, no tendría sentido tanta importancia e intentar negar todo.
A pesar de que altos rangos, pilotos de combate, ex-militares, denuncien y dan juramento ante el senado en los Estados Unidos sobre: la existencia de programas secretos, de que existen OVNIS, que dentro de los OVNIS hay seres no humanos y que se han recuperado en muchas ocasiones, se sigue negando su existencia por un gran sector de las organizaciones y el gobierno de las grandes potencias.
Muchas explicaciones han surgido sobre el actuar tan incomprensible sobre la negación del fenómeno, algunas de estas:
-
- El desconocimiento real sobre el fenómeno.
- Para tener el poder sobre la información, nuevas tecnologías y descubrimientos.
- Desequilibrio en la estructura social.
- Evitar el uso militar de ciertas informaciones y tecnologías.
- Existe una verdad aterradora sobre el fenómeno.
- Hay acuerdos y pactos con entidades a cambio de tecnología.
- Ellos ya viven entre nosotros, conviven e incluso dirigen ciertos sectores y gobiernos.
- Somos un experimento de una raza superior.
- No se tiene control ni hay seguridad con el fenómeno (evitar que la opinión pública señale los grandes gastos en el ámbito militar, si no se asegura la seguridad nacional de un país).
Y es que la negación ha existido desde siempre, en los primeros casos reportados de estos objetos por pilotos civiles y militares, personas, etc., o de contactos del primer, segundo y tercer tipo, siempre fueron justificados con: alucinaciones, histeria, luces de los pantanos, paranoia, el planeta Venus, por nombrar algunas “infantiles justificaciones” acerca del fenómeno y que obligaban a declarar ante la prensa para acallar la opinión pública.
Debo aclarar que parte de estas declaraciones tuvieron y pueden explicarse como errores en las interpretaciones por parte de los observadores, pero siempre queda un porcentaje sin explicar…
Y es que, como siempre he dicho, tanto los “científicos”, como las “autoridades” pecan por su cinismo, al negar todo y convertirse en ciegos y sordos, limitarse a justificar como no válido lo que su “anticuado método científico” o su limitado entender “por el dogma científico” no pueden explicar, por miedo a la adopción de nuevas explicaciones, nuevas teorías, nuevas realidades, etc., esa mente cuadrada con la que las autoridades castrenses hacen gala para programar sus filas y el dogma de los círculos científicos que se enorgullecen de la posición que ocupan, solo los hacen ver vulnerables a los ojos de aquellos que ven investigan realmente el fenómeno y abren un poco la mente a nuevas realidades, y hacen caso omiso a estos ciegos de la verdad.
Por otro lado, los gobiernos del mundo prefieren invertir la mayor parte de sus recursos en el ámbito militar, dejando a un lado problemáticas importantes como la búsqueda en la solución a temas como el hambre, la escasez de agua, la arqueología, la educación, el fenómeno OVNI, etc.
Y es que lo que pasa es que realmente sí se invierte tiempo y dinero en investigaciones, pero en el ámbito militar y para la seguridad nacional, justificando la mayoría de las veces como clasificadas, con el fin de la defensa de los países y las grandes potencias. Es por es que en la mayoría de las veces, estas investigaciones nunca ven la luz y se hacen con fines bélicos y no para el beneficio de la humanidad. Aunque un pequeño porcentaje logra salir a la luz, es cuando estos resultados se les puede sacar cierto beneficio económico o para justificar parte de esos grandes presupuestos invertidos por los gobiernos de los países del mundo.
Mis teorías sobre el origen del fenómeno son:
- Hemos sido visitados desde tiempos muy antiguos, me atrevo a decir que antes de que surgiera el ser humano como lo conocemos en estos momentos.
- Existieron ciertos grupos de “sabios” que transmitieron conocimientos a las distintas culturas muy antiguas, y esos conocimientos se fueron perdiendo con el paso del tiempo.
- Somos parte de un experimento de una raza superior a la nuestra, que por miles de años ha estado experimentado con el ADN hasta nuestros días.
- Ellos siguen aquí “cuidándonos” por dos razones: somos su creación y existe algo en nosotros que a ellos les interesa.
- Tienen intereses en los recursos de nuestros planetas (existen miles de casos documentados, donde abducen humanos para fines genéticos, abducen animales como vacas o los mutilan para el mismo fin, vacían grandes lagos, lagunas o se les ha visto extraer el vital líquido).
- Estudian nuestro comportamiento social, físico y psicológico ante sus apariciones.
- Podemos ser simples juguetes para ellos o para ello.
- Estas entidades no humanas, si existen, las hay de varios tipos:
- Extraterrestres (de otros mundos)
- Multidimensionales o ulteriores (de otras dimensiones o planos con capacidad para manipular el espacio y tiempo)
- Intraterrestres (del interior de la Tierra)
- Crononautas (de otros tiempos, somos nosotros del futuro, venimos a este tiempo para evitar una catástrofe, extinción o una evolución fallida)
Al final, y como muchos estudiosos del tema, llegamos a la conclusión de “no sabemos nada”, y que mientras más investigamos sobre el fenómeno, más preguntas surgen y más complejo se vuelve.
“Hay otros mundos, pero están en este.” – Paul Éluard
Encontrar una teoría que unifique todo puede ser la clave para el inicio de una explicación, pero solo el tiempo lo dirá, y en estos temas, lo que nos queda es “mantener la mente abierta a cualquier explicación”, porque al final, como en muchos casos, la verdad supera la ficción.
G.·. C.·.