Los freaks siempre fueron explotados por quienes hicieron de su exhibición una inagotable fuente de riquezas. Junto a la narración de estas vidas prodigiosas (que muchas veces inspiraron a escritores y cineastas) se desarrollan las raíces biológicas que condujeron a su singularidad, las distorsiones cromosómicas o genéticas que explican o pretenden revelar esta llamada monstruosidad.
Nadie puede estar seguro de si Dios juega a los dados con átomos y protones, pero ha organizado una lotería con genes y cromosomas. Por estas páginas desfilarán individuos que, como todos, participaron en este sorteo y perdieron, sembrando al mundo de enanos acondroplásicos, hombres con cola, mujeres barbudas, gordos prodigiosos o monarcas infradotados, en definitiva una serie de lusus naturae o bromas de la naturaleza, como las llamaba Aristóteles con un dejo de ironía.
En este libro describimos sus vidas circenses, sus miserables exposiciones o sus majestuosas ridiculeces.
Sumario
- Cubierta
- Portada
- Dedicatoria
- Epígrafe
- Prólogo
- Phineas T. Barnum
- Siguiendo los pasos de Barnum
- El canto de las sirenas
- Impresiones maternas
- ¿Qué es esto?
- Condenados a cien años de soledad
- Las desventuras de Magdalena Ventura
- Hirsutas historias
- Otra cuestión pilosa
- La bella y la bestia
- Era una cuestión de hombres
- Los castrati
- El Niño Manos de Langosta
- Historias de cuernos
- Por una cabeza
- Nunca te enamores
- Amor encadenado
- La voz interior
- Yo, Lentini
- Un mundo de enanos
- Los enanos de Velázquez
- Una pequeña gran historia de amor
- Los rigolettos pampeanos
- Vida minúscula
- Juguete de los reyes
- El tercer ojo
- El Rey de los Freaks
- Hubo un mundo de gigantes
- Gigantes enamorados
- El hechizado
- La Niña Monstrua
- De gordos inmensos
- Escuálida impostura
- Los comelotodo
- Extraños por elección
- De sexos inciertos a espectáculos indebidos
- Freaks
- El derecho a exhibirse
- Todos somos mutantes
- La revolución de los monstruos
- Bibliografía
- Índice