En la teología católica, el limbo se refiere a un estado o lugar temporal de las almas de personas creyentes en el cristianismo que, pasada su vida física, murieron tiempo antes de la resurrección de Jesús. El limbo también es un estado o lugar permanente de los no bautizados que mueren a corta edad sin haber cometido ningún pecado personal, pero sin haberse visto librados del pecado original, mácula que solo puede ser eliminada a través del bautismo, en cualquiera de sus formas (limbo de los niños).
El siguiente relato extraído del libro “La muerte no es el final” de Vladimir Burdman Schwarz, en donde según el autor narra diversas experiencias relacionadas con la muerte, un caso extraordinario relacionado con el tema:
Tuve un día extenuante, los casos que vi en la consulta fueron difíciles y complicados. Desde hace unos años se han incrementado los daños por trabajos de magia negra, se han aumentado los daños tanto físicos como espirituales y también son más los casos de enfermedades postizas.
Mientras estaba meditando sobre esos casos, reflexionando sobre la maldad humana y la interferencia de unos en la vida y destino de los demás, sentí una presencia a mi lado. Al principio no vi a nadie sino que apenas percibía una presencia, pero al hacerse más fuerte vi a un hombre de mediana edad vestido con un pantalón negro y camisa a cuadros que me miraba fijamente. Le pregunté qué deseaba y me dijo que necesitaba ayuda, pues estaba confundido. Le pregunté sobre qué tipo de ayuda requería y me contestó que quería aclarar su situación ya que estaba confundido y cansado. Llevaba tiempo solo y por fin vio a alguien, cuando me encontró. Le pregunté cómo se llamaba y me dijo:
-Me llaman Charles.
Le pregunte que cuál era su confusión y qué podía hacer yo para ayudarlo.
-Yo estaba dormido en mi cama al lado de mi esposa y al despertarme, me vi flotando sobre la cama, veía a mi esposa en la cama y me vi a mí mismo acostado a su lado. Me asusté muchísimo, trate de meterme en mi cuerpo pero algo no me dejaba regresar y entré en pánico, no entendía qué estaba pasando. Traté de despertar a mi esposa pero no me hacía caso, no me oía, trate de moverla pero no sentía su cuerpo con mis manos, el pánico se fue apoderando de mí y entré como en un remolino muy fuerte que me arrastro a un lugar muy oscuro. Me quedé muy quieto, asustado, esperando que sucediera algo, pero nada pasaba y me quedé como en un letargo muy profundo. Escuchaba voces, conversaciones, como si muchas personas hablaran a la vez. Estaba atormentando, pensé que me volvía loco, no entendía lo que pasaba conmigo y dónde me encontraba.
Me puse a rezar, pedí que Dios me ayudara, grité el nombre de mi madre ya
fallecida, le pedí me ayudara y de repente lo vi a usted y supe que me ayudaría.
-Bueno, su caso está bastante claro, usted está muerto, murió mientras dormía y entró en conflicto para entender su nuevo estado. Ya no posee cuerpo físico, usted está en otro plano espiritual, está muerto para el mundo físico y está en cuerpo astral. Ya no puede actuar en el mundo físico, tiene que hacer consciencia de su nuevo estado.
-Señor, yo no estoy muerto, estoy hablando con usted.
-Sí es verdad, pero es que yo tengo facultades, por eso lo veo y podemos conversar, pero para su familia ya no existe, tampoco para sus amigos y conocidos. Está en otro plano de existencia, pues la muerte como un final no existe realmente.
-No entiendo nada yo creo que me perdí y quiero volver a mi casa.
-Muy bien, piense en su casa, en su mujer y allí se encontrará.
-Tengo miedo no quiero ir solo ¿Me puede acompañar?
-Bueno, lo acompañaré hasta que despierte a su nueva realidad. De repente nos vimos en su casa, había mucha gente reunida, su esposa estaba llorando. El único que lo vio y reconoció fue su perro que no dejaba de ladrar. Él se acercó a su esposa, le hablo, pero ella no lo veía. Se volteó hacia mí y me dijo:
-Ella está brava conmigo, no me habla.
-No está brava, es que no te ve, ya tú no puedes actuar en el mundo físico, tienes que seguir tu rumbo, olvídate de tu vida pasada.
-¿Qué será de mi esposa, de mi negocio? Tenemos pocos años de casados, no me puedo ir y dejarlo todo.
-Ya no tienes nada en este mundo, debes aceptarlo, si no, estarás penando en tu casa, pero nadie te verá y sufrirás mucho. Libérate y reconoce tu estado.
-¿A dónde iremos? No me deje solo.
-Yo no puedo acompañarte, pues no estoy muerto, puedo pedir que te guíen y que vayas al plano que te corresponde.
-No me deje solo, ¡ayúdeme!
Pedí que se presentara su maestro guía, pero no se presentó, sino que apareció su madre, se abrazaron y sin decir nada, fueron desapareciendo de mi vista envueltos en una luz muy brillante. Me quedé con una sensación muy extraña, pensando cuántos seres estarían perdidos como en el limbo por no tener conocimiento trascendental sobre la vida y la muerte y necesitarían una guía, ayuda para elevarse y aceptar su nuevo estado. La vida continúa, nunca termina.
“Existió sin existir en ese limbo entre la vida y la muerte que es el purgatorio de los locos”. -Ryszard Kapu ci ski
Por increíble que parezca el relato anterior, es uno de miles alrededor del mundo que coinciden sin importar nacionalidad o creencia. Sin embargo, al ser un campo poco explorado y muy “subjetivo” aún en pleno 2021 no hay certeza alguna mas que los testimonios sobre lo que realmente sucede en estos casos extraordinarios.
- Limbo (Teología). En Wikipedia. Recuperado el 9 de febrero de 2021 de https://es.wikipedia.org/wiki/Limbo_(teolog%C3%ADa)
- Schwarz Burdman, Vladimir, (2016), LA MUERTE NO ES EL FINAL, El caso de Charles, Pags.(62), The Little French eBooks