A fines del siglo X, el monje Gerberto de Aurillac sorprendió a sus asombrados contemporáneos con una serie de artefactos cuya utilldad nadie fue capaz de comprender. Este caso no es único en la historia: ha habido otros parecidos que el tiempo borró de la memoria y relegó al olvido más completo. Como por ejemplo …
Un ingeniero alemán encargado de hacer el trazado del nuevo alcantarillado de Bagdad, descubrió por casualidad — diversos objetos que identificó como pilas eléctricas todo en disposición de dar servicio. Los empleados del museo encargados de recibir las piezas halladas insistieron en darles el carácter de objetos sagrados pertenecientes a la dinastía de los Sasánidas (siglos ll al VI de nuestra era).
Sin embargo, los “electricistas” de Bagdad no habían inventado nada nuevo: unos kilómetros al sur de la capital de Irak aparecieron poco después diferentes modelos de acumuladores, fabricados ¡hace tres o cuatro mil años!
- Revista DUDA, (Junio, 2, 1971). ¿Viajero en el tiempo?. Revista DUDA, (1:7)