Antes de que la moderna psicología se instaurara en la consideración y el juicio de los psicópatas, estos eran considerados seres poseídos por el demonio, bestias, como Romasanta, es asesino y caníbal gallego que mató y devoró a 18 personas y fue juzgado como si realmente fuera un licántropo.
“El hombre lobo y otras bestias” nos presenta un completísimo catálogo del crimen, sólo así, podemos comprender cómo puede una sociedad generar a monstruos como Jeffrey Dhamer, el carnicero de Milwaukee, que ofrecía a sus vecinos sabrosos platos hechos con la carne de sus víctimas. Estructura el libro en cuatro partes con las que consigue dar una visión total de los criminales y de nuestra propia sociedad.
Francisco Pérez Abellán pone toda su experiencia y sus conocimientos a disposición del lector y los hace de un modo sencillo, para que hasta el más neófito pueda conocer las particularidades de estos personajes. Saca a la luz a envenenadores, descuartizadores, caníbales y sacamantecas, pero también violadores o ladrones, con el fin de analizar las razones sociales y políticas que facilitan el auge de los psicópatas y que, en muchas ocasiones, nos dejan a merced de ellos.
El un libro lleno de datos y el autor, en medio del horror de los casos que relata, no pierde ocasión de usar la ironía y el humor cuando la ocasión así lo demanda.
Una obra escrita desde la perspectiva de un estudioso que pretende comprender a estos sujetos para, con ello, entender mejor la sociedad y el tiempo que nos ha tocado vivir, sólo con ello seremos conscientes del mundo en el que vivimos.
- EL AVANCE DE LOS PSICÓPATAS
- El hombre lobo y otras bestias
- Jarabo, el señorito que gastaba demasiado
- Luis Patricio Andrés, el asesino de la furgoneta
- Fernando Alberto Rivero Vélez, el fantasma del hotel
- Joaquín Ferrándiz, el quijote violador
- Javier Rosado, pitagorín criminal
- Emilio Muñoz, ladrón de ricos
- Antonio Anglés, el hombre que nunca existió
- Joaquín Villalón Díez, un cliente de lujo
- José Juan Martín Montañez, descuartizador
- Enriqueta Martí, Sacamantecas de Barcelona
- José Ignacio Orduña, el castigo de Lesseps
- Francisco García Escalero, Matamendigos
- Santiago San José Pardo, el Lobo feroz
- El Solitario, atracador asesino
- Alfredo Galán, el as de copas
- Pedro Jiménez, ¿matapolicías?
- Pietro Arcan, el demonio del hogar
- Juan Díaz de Garayo, Zurrumbón
- MUJERES DIABÓLICAS
- Paquita, la Fogosa, reina de Internet
- Elfriede, la ludópata que odiaba a los hombres
- Aileen Wuornos, la araña de la autopista
- Patricia, la mejor joya de Gucci
- Pilar Prades, el matahormigas está servido
- Higinia Balaguer y el misterio del pañuelo
- Ruth Snyder y sus planes para una nueva vida
- Isabel Padilla, crimen a la insulina
- Martha Beck, la de los Corazones Solitarios
- Encarnación, la ladrona de vidas
- Margarita, que envenenaba sin la intención de matar
- Isabel, la falsa embarazada
- Margarita Jimeno, el crimen por encargo
- GRANDES MONSTRUOS DEL CRIMEN
- Ted Bundy, el guapo peligroso
- Albert DeSalvo, el estrangulador
- Rodríguez Vega, asesino de ancianas
- Manuel Delgado Villegas, el Arropiero
- Harold Shipman, el Doctor Muerte
- Issei Sagawa, el caníbal japonés
- John Gotti, el último padrino
- Jeffrey Dahmer, el carnicero de Milwaukee
- David Berkowitz, el Hijo de Sam
- Peter Kürten, el Vampiro de Dusseldorf
- HOMENAJES Y MALDICIONES
- Paul Naschy, que viene el lobo
- Réquiem por el último padre coraje
- Miguel Grima, fagocitado por ser un hombre bueno
- Andanzas de Caraquemada
- Ponerse como el Quico
- El atraco del que nunca más se supo
- El Lute se acuerda mal
- Nagore, muerta con una sola mano
- Homicidio sin cadáver: el Crimen de Cuenca
- Asesinos cada vez más guapos
- Las claves políticas del crimen
- Psicopatología de los billetes tintados
- Retorno al crimen de Atapuerca
- Si me despides, mi sicario te mata
- Tacita a tacita, roban a la Policía cien kilos de droga
- Tomasín, el asesino de los permisos
- El dolor del verdugo
- Los crímenes de la cocaína
- Bala perdida en pistola de diamantes
- El Chuchi los tenga chachi en su gloria
- Rangel, el asesino del parking